Vincent van Gogh: Campos de trigo, 1890 |
Lo primero que escuche al aclarar la madrugada fue el trino de varios pajaritos. Que bello!
Todavía lo recuerdo y me refresca el alma. Los aromas a campo... la tierra húmeda, el pasto, el cielo en ese color indefinido blanco-celeste- crema que anuncia que ya es el nuevo día.
Hoy fue mi primer día de la madre.
Después el día fue perdiendo la magia, la belleza, la sorpresa. Ahora me voy a dormir aun con la tristeza en la garganta. Mi cachorro llora por mi porque no me sale.
Nada grave. Hay dichos que duelen. Hay ausencias que se notan.
Sin embargo, es sólo un día comercial, cierto? No tuvo nada de diferente a cualquier otro. Entonces es así. Y me conformo con los ojos y los mimos de mi cachorro para quien es que realmente vale que yo hoy haya querido festejar este día.
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