viernes, 10 de febrero de 2012

Durmiendo

Antes no sabía ni que existía la palabra "colecho". Es más, cuando un ex me dijo que la mamá de su hijo de cuatro años dormía con el nene en la misma cama me pareció terrible. Colecho es eso, en el sentido estricto, compartir el lecho.

Nosotros a veces evitamos decir que a veces colechamos. Por que la gente nos mira mal. Pero es cierto, el cachorro tiene casi 10 meses y sigue durmiendo en nuestra habitación. Tiene su cuarto, ahí duerme sus siestas y se acuesta a la noche, pero después, en algún momento termina con nosotros porque nos resulta más cómodo que esté cerca por si se despierta. También nos resulta agradable que duerma con nosotros, pero claro... esto a veces se presta a situaciones que terminan resultando en dolores musculares matutinos. Acá tienen algunos humorísticos y muy ciertos ejemplos, ¿se identifican en alguno?


Ja, creo que el único que no practicamos es el segundo de arriba a la izquierda. 

Alguna vez una conocida me dijo que ella nunca había dormido con sus hijos y en tono horrorizado me aclaró "¡a ver si se acostumbran!". Para mí, ahora ya mamá, dormir con mi cachorro es tan dulce, lindo, único. No me muero ni me quedo sin dormir si duerme en otra cama, o en otra habitación. Pero debo reconocer que perdió lo terrible. Se que llegará el momento en el que me gustará que tenga su espacio, pero aún es un cachorro de menos de un año. Todavía estamos en esa etapa que algunos dicen que es parte del puerperio. Aun somos la fusión mama-bebé. Si él de a poco está reconociendo que es alguien separado de mí, si aun está enamorado de su mamá cómo no voy a entender que el quiera, que disfrute, tenerme tan cerca. ¿Qué enamorado quiere dormir lejos de su amado/a? 

Socialmente nos imponen el desapego, la forzosa separación para lograr la independencia. Creo que con este abandono a la soledad sólo logramos independencia física. Para la independencia emocional se requiere de una importante carga afectiva, de aprobación. Una construcción del ser individual, de la confianza en sí mismo. Creo que esto se logra con afecto, con respeto a los tiempos, las edades, con constancia y presencia. No voy a hacer las cosas porque la mayoría las hace. En este punto, sigo, bueno, seguimos como papás haciendo lo que sentimos y creemos.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Chau flaco!

Naci a fines de los 70s. Mis papas eran jovencitos que escuchaban música en sus ratos libres. Mi papá más de joven solía hacer de disc jockey. La música estaba en casa. Parte de esa música hoy perdió a su autor.

Estoy muy triste.

Esta tarde me llamó mi viejo y me dijo que el flaco se fue. Hace casi dos años atrás el regalo de cumpleaños para mi viejo fue ir a verlo al superconcierto que dio en Veléz "Spinetta y las bandas eternas". Fue un lujazo poder compartirlo con mi papá. Ante nuestros ojos y oídos desfilaron todas las bandas... Almendra, Pescado, Invisible y más. Mi viejo se emocionó tanto. Su juventud estaba ahí sobre el escenario de nuevo, como antes.

Yo me crié con esa música. De adolescente la reencontré y adoré Artaud y Almendra y lo vi al Flaco gratis en palermo. Lo disfruté en un recital íntimo que dió en beneficio de un hospital público. Mi adolescencia fue teniendo a Dante y a Cata como compañeros en el secundario (bueno, las veces que Dante pintó por el cole). Vivían por la zona, te lo cruzabas. En mis clases de guitarra rasgueaba "Bajan", "Todas las hojas son del viento", "Durazno sangrando"... tantas más.

Que tristeza, que pena, que pérdida grande para la música y para los que nos quedamos. Como dijo un querido musico amigo "hoy el mundo es un poco más horrible" y agrego, nos vas a hacer falta. Gracias por tanta música!!!!!!


Y gracias viejo por enseñarme y compartir esta grandiosa música!!!!



martes, 31 de enero de 2012

Batido de enero

Comencé este año quedándome a dormir en casa de mis papás, sin mi compañero. Esa madrugada salimos hacia la costa. Mi compañero se quedaba en casa porque días más tarde él emprendía una viaje de trabajo, por un mes.

Estuve con mi cachorro en la playa, junto a mis papás. Verlo disfrutar de la arena y del agua fue algo fantástico. También lo fue que pudiera relacionarse más con sus abuelos. La verdad es que mis papás se portaron super bien, entendiendome y cuidandonos a los dos sin exigencias. Por mi parte intenté relajarme todo lo que pude, pero no fue mucho. La gran locura fue hacer que los pañales se secaran para tener siempre y evitar comprar descartables (soy cabeza dura con esto, sisisisisi). Con mi mamá nos turnabamos para lavarlos a mano y los poníamos a secar en mil lugares. Ganó nuestro ingenio porque lo logramos! Extendí quedarme con ellos para poder darme un gusto, y una noche me fui solita al teatro a verlo a Alfredo Casero en su show. Fue loquisimo estar sola de noche, haciendo algo que me gusta y sentir la libertad de poder hacerlo, sabiendo que el cachorro estaba seguro durmiendo al cuidado de los abuelos.

Luego me volví a casa, para estar unos días acá, con nuestras cosas, nuestra rutina. Como el cachorro ligó una piletita de regalo soportamos muy bien el calor. Pero la ausencia de mi par se hizo notar, y yo, nuevamente intenté descansar y no lo logré.

La semana siguiente partimos hacia donde estaba trabajando mi compañero. Ahí vivimos mil cosas juntos, los tres y también yo con el cachorro. De la alegría extrema que le generó dormir en carpa sobre los colchones inflados, hasta las risotadas en medio de una tormenta del desierto de aquellas, pasando por los baños en olla, sus siestas en cajón de campaña y tantas cosas. Me alegró mucho encontrarlo siempre de buen ánimo, con una sonrisa hacia todo aquel que se le acercara, sin dramas. Creo que esta semana fue cuando más relajados estuvimos los dos, incluso con todos los idas y vueltas acompañando a mi compañero de compras, de entregas, de reuniones y de campaña, llenos de tierra. El tema de los pañales de nuevo fue algo que tuve que controlar, pero no tuvimos mayores inconvenientes. Nuevamente evite y logré no usar descartables. Yo esta semana la disfrute, saqué fotos, me relajé viendo el cielo estrellado, el horizonte infinito, los olores de la estepa... me encantó haber ido. Como broche de esta escapada, nuestro ultimo almuerzo juntos nos encontró en un restoran en donde además de nosotros estaban los integrantes de La Vela Puerca, un lujazo!

Y ahora estoy acá, ultimos días del mes que se acaba sola. Con muchas ganas de descansar de verdad y miles de cosas atrasadisimas por hacer. En todo este tiempo pensé y valoricé mucho todo lo que mi compañero hace a diario, la ayuda que pone para que la casa no pase de quilombo a delirio de desorden entre el cachorro, los tres perros, los peces, las plantas, la tortuga y la gata, además de nosotros mismos. Sí, me hizo falta la pareja, el compañero. Es duro estar sola y hacer todo.

Quizás todo lo entrecortado del mes me cansó de más, sin embargo creo que si me hubiera quedado de corrido sola en casa todo el mes ahora estaría aullando de angustia y desesperación por intentar mantener todo yo sola. Y creo que también es super bueno rescatar algo que surgió justo cuando nos ibamos a ver a mi compañero. Toda esta red virtual que está tejiéndose detrás de estas palabras que yo pienso, escribo y ustedes leen, que están dispuestas a organizarse y hacerme el aguante. Aunque este mes no logramos acordar un encuentro, quiero decirles que me fue muy valioso y aliviador escuchar sus propuestas de juntarnos. GRACIAS!

Bueno, así termina mi alocado enero. . Muy de madrugada, intentando terminar un trabajo que debo desde que nació mi cachorro y haciendo cualquier otra cosa... mi cabeza sigue siendo una batidora, quizas en algun momento pare, quizás no. Pero mi enero batido ya pasó y volvemos a estar los tres juntos.

lunes, 30 de enero de 2012

hammmmmm.... que rico!!!!

Hace un tiempo atrás, cuando tuvimos la consulta con la pediatra del cachorro a los seis meses, nos dió un papel en donde estaba la guía para introducir alimentos sólidos y algunas otras recomendaciones. Algo de esto lo había contado en comida no-ñuñu.

El papel nos indicaba que a los seis meses hay que darle un puré de calabaza con zanahoria, bien pisado, sin sal y con una cucharada de aceite. De ahí en adelante continua dando recomendaciones sobre a que edad es recomendable dar tal o cual comida. Y agregar la cantidad de vitaminas por día y otras recomendaciones mas, siempre teniendo en cuenta la edad del cachorro.

Pero a los seis mese mi cachorro no tenía dientes, no se emocionaba por la comida. Si se mantenía sentado erguido. Decidimos esperar a que fuera él quien se acercara a la comida, que intentara él comer algo. No tardó mucho, al mes siguiente, ya con la salida de sus primeros dientes comenzó a mostrar una marcada predilección por todo aquello que nos lleváramos a la boca. En mi cabeza algo quedaba de aquello que estaba en ese papel del centro pediátrico sobre cuáles eran los alimentos por los que comenzar. Pero en el papel no había una explicación que justificara el orden ¿por qué primero calabaza y no zapallo o remolacha o manzana? ¿por qué puré, no vale un trocito de banana o un gajito de naranja dulce?. Por eso seguimos más a nuestro instinto y de a poco le fuimos ofreciendo trozos de frutas para que los probara y degustara a gusto. Claro, nos enchastró todo, pero fue un encuentro muy amable y feliz.



Así fuimos siguiendo, un poco con instinto y otro poco por haber releído el papel de la pediatra y haber buscado algo de información. Primero frutas y verduras, con algunas excepciones, luego algunas harinas sin gluten, luego cosas con gluten... Le dimos su primer puré de calabaza, lo dejamos que juegue a su antojo. Total, sigue a ñuñu y de ahí se alimentar bien. Al ir dándole comidas vimos que si le dábamos pedazos pequeños pero no hechos puré en el puré, los separaba. Sin embargo, al dárselos enteros (por ejemplo, zapallito) los comía sin ningún problema.

Ahora seguimos recorriendo ese camino de descubrir junto a él que texturas le gustan, qué sabores prefiere. Mas o menos tenemos los claros los horarios en los que suele tener hambre. Así tiene su primer desayuno, su segundo desayuno, el almuerzo, la merienda, la cena y el ñuñu de la noche, parece un hobbit, ja.

En la visita a la pediatra a los ocho meses, me preguntó si ya comía dos comidas. Y yo con mi sinceridad a toda costa, y sabiendo que eso de comer no es tan así, a veces son juegos con la comida, o algunos bocados y ya quiere ñuñu le dije que sí y que seguía con pecho a demanda. Entonces la pediatra me dijo que el pecho dos veces por día ya, que de desayuno y de merienda. Y me colmó. No sé qué más me dijo, ya no la escuché. Al cachorro le gusta mi ñuñu, yo tengo ganas y tiempo para poder ofrecérselo sin problemas ¿por qué cortarlo o condicionarlo?. Recién ahora tiene tres dientes. Para él la comida está en etapa de juego, esta aprendiendo a veces come mucho otras veces poco y nada. Así como yo misma aprendí a no regirme por los horarios y tonteras que me habían dicho las puericultoras de la clínica, y darle pecho cuando él lo demandara, lo mismo estoy haciendo con la comida. Ahora estoy en la disyuntiva de mentirle a la pediatra o cambiar de pediatra.

Hoy salimos a comer afuera, porque era el cumpleaños de mi amigo P. Yo comí una ensalada fría con fideos, el cachorro había comido algo antes de salir. Al verme comer pidió comida, le convidé lo que tenía en el plato y que él pudiera comer. Se quedó tranquilo. Creo que esto es mucho mejor a llenarlo de pan o de galletitas. Soy cuidadosa con lo que le doy, no quiero que se atore pero también se que es bueno que aprenda a masticar. No busco causarle una alergia alimenticia, por lo que me fijo a partir de qué edades darle cada cosa para evitar problemas de digestión. No quiero causarle caries o algún otro problemilla, por lo que soy cuidadosa con la cantidad de azúcar, harina, y otras cosas que le doy.

Todas mis intuiciones se aclararon y calmaron cuando hace un tiempo, por esas cosas de la red virtual, me llegó un video de una conferencia breve del pediatra español Carlos Gonzalez y justamente en él habla de estas cosas.

                          

Carlos Gonzalez tiene varios libros interesantes, uno de ellos es "Mi niño no me come" y recordé que lo tengo en pdf se los paso por si les interesa (descargar).

Bueno, hasta ahora venimos así, el pequeño cachorro disfruta de mis locuras culinarias y prueba cous-cous, humita, quinoa, sopas varias, guisos de arroz, lentejas turcas o coral, tomate seco, polenta con verduras, frutas a su antojo, galletitas de algarroba, pasta de sésamo y hoy., ya casi con sus diez meses... ¡ravioles de verdura! todo un bebé gourmet.


Así estamos bien, él mastica chocho de la vida. Hasta le ha robado una mazorca de choclo a su abuela! Crece, está sano y estamos todos comiendo en paz, tranquilos.

domingo, 29 de enero de 2012

Mis cumples de 0 o de 5

A principios de este mes que se termina cumplí años. Voy a decirlo, cumplí 35 años. Estaba con mis papás en la costa. Tuve un festejo íntimo, con ellos y mi cachorro. Me llegaron muchos saludos por FB, otros mensajes, algunos llamados. Cuando cumplí 30 pasó algo similar, estaba afuera, trabajando. 

Pareciera que fuera a propósito, ¿no? mis dos cumpleaños redondos de la treintena y yo esquivándolos. Lejos de mi lugar, de mis amigos. ¿Será que así me le escapo al tiempo? La verdad es que casi que siento que no cumplí años, entonces no puedo decir que tengo la edad que tengo.. Quizás me empiece a costar un poco asumir mi edad, digamos que ya estoy en los treinta y pico para mas arriba... uf! 

Bueno, es difícil. Lo cierto es que esta vez me quedó la sensación de que me faltó la reunión. Pero también es como que si lo festejo ahora, ya casi un mes después no es, no da.... No se, veré que hago. Lo cierto es que si hubo escape no fue consiente. Y no creo que haya sido un escape, porque extraño el festejo con mis amigos y hacerme una rica torta y demás cosas. Será la próxima.

jueves, 26 de enero de 2012

Regresando

Bueno, acá estamos de nuevo. Estuvimos una semana afuera, acompañando un poco a mi compañero en sus aventuras paleontológicas. Mientras escribo como fue y es mi enero, les dejo un poco del aire fresco que me traje de la estepa patagónica. Muchas veces de chiquita me colgaba mirando el cielo nocturno y las estrellas, haciendome miles de preguntas. De adolescente también adoraba mirar la noche y ver cuan magnifica e infinita es, lo pequeño que somos. Creo que somos viajeros, la tierra es nuestra nave y estamos viajando por el universo. Pero muchas veces no nos damos cuenta, nos olvidamos, porque estamos con la vista para adentro de la tierra. Creo que es buenisimo recordar que somos una parte de algo mucho mas grande. Se que es muy bueno mirar el cielo todos los días. En el campo valoro y disfruto ese. Siempre tengo ese contacto que me refresca el alma, y los ojos. Por eso les dejo este corto "Tempestad de la Vía Láctea". Espero que lo disfruten...


Tempest Milky Way from Randy Halverson on Vimeo.

sábado, 14 de enero de 2012

Besos por celular

Este mes mi compañero está trabajando afuera. Su trabajo es parte de su ser. Él ama lo que hace.

Creo que una gran parte del amor hacia alguien es el respeto hacia lo amado. En este caso, mi respeto hacia él es darle la libertad que necesita y acompañarlo para dejarlo disfrutar de lo que también ama, que es su profesión.

Esta libertad lo lleva a estar todo este mes fuera de casa, lejos del cachorro y de mí. Sé que nos extraña tanto como nosotros a él. Hace lo imposible por llamarnos, sé que se trepa a la punta de un cerro para conseguir señal cada día y hablarnos un ratito. Intercambia las baterías de su celular con aquellos que duermen fuera del campamento para tener carga y poder comunicarse con nosotros. El cachorro lo escucha por el celular y se sonríe. No se si entiende por que de ese aparato sale la voz que lo ama. No se si comprende que es su papá el que en ese mismo momento está a muchos kilómetros, en medio de la estepa, comunicandose para decirnos que está bien y que quiere vernos pronto.

Yo lo escucho y lo amo. Su llamado me alegra y lo extraño. Y también me da pena que justo en estos días el cachorro este mostrando tantas cosas nuevas. Me consuelo pensando que las está practicando y que cuando mi compañero las vea estarán mas pulidas y bellas. Mas entrenadas. Y que habrá otras tantísimas cosas que estrenará para su papá en el futuro.

Además, este tiempo en el que él no está yo estoy sola en casa con todo lo que eso implica y cuidando al cachorro al 100%. Por ejemplo, estoy aprendiendo a limpiar la casa mientras hago monerías y lo entretengo. Con toda la cautela que me fue posible me las ingenié para limpiar el baño mientras mi cachorro se bañaba. Riego mis plantas y alimento a mis perros dejando que el cachorro disfrute y se amigue con estas cuestiones mas naturales (así lo agarré jugando con la tierra de una maceta). Pero tengo que comer sola. No tengo tiempo de hacer alguna otra cosa para mí. Me hace falta la presencia. Y al darme cuenta de esto me salta todo el cansancio. Me cansa acunarlo y dormirlo, cocinarme, poner a lavar la ropa. Me falta mi par. Eso siento.

Por suerte parte de mi red se activó. No es buena fecha para andar necesitando la red. Las vacaciones juegan en contra de la presencia. Ofrezco tardes de juego, de pileta en la terraza y tererés, de mimos y sonrisas del cachorro, pero pocos reaccionan. La verdad es que algo de ayuda no me viene nada mal, aunque más no sea para despejarme una hora. Me pone triste ver cómo el no asomar la nariz aleja a la gente. Ni un llamado... ¡Hola! estoy sola con un cachorro y toda la casa... help!!  Igual nada, los que no aparecen no son parte de la red. Quienes forman parte se muestran y pasan 15 minutos. Lo bueno es que la parte de la red activa generó la buenísima onda de que mi amiga N se quede acá estos días. Viene y se queda a dormir, charlamos un rato, juega con el cachorro el rato que puede, me acompaña. Así, en definitiva veo que la soledad que siento es la falta de compañía. La liberación de la demanda constante que implica criar. Y vuelvo al principio. No me quejo, es parte del trato con mi compañero. Necesitamos estos ratos de extrañarnos por estar haciendo lo que hacemos en nuestras profesiones. Es dejarlo ser y darle la libertad que necesita, es amarlo.

Estos tiempos personales me parecen sanos y deben ser disfrutados. Quizás sea también un poco eso lo que me falte estos días. Cuando los besos por celular se hagan de piel y labio yo voy a querer un ratito más para mí.
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