jueves, 15 de diciembre de 2011

De caídas y cochecitos

La verdad es que no soy una mamá de usar cochecito (para horror de mi propia mamá). Desde recién nacido mi cachorro viajó en fular a todos lados, cerquita mio o de su papá. Pero ahora ya con ocho meses cumplidos y casi diez kilos se me vuelve un poco pesado. Aun no logro aprender a ponérmelo en la espalda y llevarlo delante como siempre lo hicimos me esta haciendo doler todo y termino mas que cansada. Esta era la situación el otro día que tenía que hacer unos trámites de trabajo. Por esto decidí salir con el cochecito, mas incómodo para muchas cosas, pero me liberaba de mis dolores de espalda y cervicales.

Bueno, ya decidida a usarlo salimos contentos, yo cada tanto masticaba la incomodidad de que estuviera más abajo de mi campo visual, de no poderle ver la cara o los gestos, de no tenerlo cerquita, pero la verdad es que mi cuerpo necesitaba no cargarlo. Como siempre que hay escaleras y pocas manos gentiles, desarmé el cochecito y subí. Cuando terminé el trámite bajé y salí a la calle. En ese momento no me percaté, porque no tengo la costumbre de andar desarmando y armando el coche a cada rato, de que no había enganchado bien el pasador que frena al bebé en la silla. Como siempre usamos porteo ni se me ocurre atarlo al cochecito. Pues bien, las bellas veredas de Buenos Aires a veces no son bellas y están rotas. Y el coche se trabó entre las baldosas, mi cachorro que iba reclinado hacia adelante siguió con la inercia del movimiento, el enganche cedió y yo me llevé un terrible susto cuando lo tuve que levantar llorando del suelo. ¡Me sentí la peor! Cómo no iba a saber que eso podía pasar! Cómo había elegido usar el cochecito, yo, que difundo y apoyo el porteo! Miles de cosas se me cruzaron por la cabeza...

El tema es que el cachorro lloraba y yo quería hacerlo con él. Por suerte no fue nada, lo revisé en el momento y me mantuve calma. Él se tranquilizó en seguida. Igual lo llevé al médico para que lo revisara porque se había golpeado la nariz. Me dijo que las caídas de los cochecitos son muy comunes. ¿¡Muy comunes!? pensé yo horrorizada. Luego charlando con amigas me confesaron otras situaciones de las que no hacen alarde o comentario alguno por el sentimiento de culpa que generan.

¿Cuán común es que se te caiga el bebé del fular, mei tai, quepina o bandolera?

No sé si son comunes estas caídas, ¿cómo se te cae si siempre lo estas mirando, lo sentís, sabes si se durmió o esta despierto? Es lógico que no me haya percatado de que estaba mal enganchado si a mi cero costumbre de usarlo le sumamos que yo no veía su cara y él estaba ahí quieto y solo, mirando todo desde abajo.

Me asusté y el médico lo notó. Me mandó a hacerle unas placas que dieron bien. El ahora sigue igual de feliz. Yo desde ahora cada vez que tenga que salir voy a recordar dos veces las ventajas del porteo y dejar el cochecito en casa.

martes, 13 de diciembre de 2011

El nombre

Les dejo un escrito del genial Eduardo Galeano sobre un nombre.

El nombre

El pueblo de Cerro Chato nunca tuvo ningún cerro, ni chato ni puntiagudo. Pero Javier Zeballos recuerda que Cerro Chato sí tenía, en los tiempos de su infancia, tres comisarios, tres jueces y tres doctores.

Uno de los doctores, que vivía en el centro, era la brújula de los mandados. La mamá de Javier lo orientaba así: –De la casa del Doctor Galarza, vas dos cuadras para abajo.

  –Esto queda en la esquina del Doctor Galarza.

  –Anda a la farmacia que está a la vuelta del Doctor Galarza.

Y allá marchaba Javier. A cualquier hora que pasara por allí, con sol o con luna, el Doctor Galarza estaba siempre sentado en el zaguán de su casa, mate en mano, dando cumplida respuesta a los saludos del vecindario, buenos días, Doctor; buenas tardes, Doctor; buenas noches, Doctor.

Ya Javier era hombre crecido, cuando se le ocurrió preguntar por qué el Doctor Galarza no tenía consultorio médico ni estudio jurídico. Y entonces se enteró. Doctor no era: se llamaba. Así había sido anotado en el Registro Civil: Doctor de nombre, Galarza de apellido.

El papá quería un hijo con diploma, y aquel bebé no le pareció digno de confianza.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Invasion social en el cuerpo de las madres por parir

Les comparto una nota muy buena e interesante que salió publicada hace unas semanas en Página 12.

Parirás con dolor

Lo dice la Biblia y en, muchos casos, lo repiten los médicos o las parteras que retan e invaden el cuerpo de las mujeres. El respeto a las parturientas es un derecho que ya está inscripto en la ley pero que tiene que imprimirse en la experiencia cotidiana y no sólo quedarse en letra muerta.
 Por Luciana Peker

“Si te gustó el carozo, bancate la pelusa”, le dijeron. No es una metáfora de verdulería, sino una de las muchas formas de lastimar a una mujer cuando no está enferma pero las contracciones, el miedo, el cuerpo dentro del cuerpo duelen. El parto duele. Aún como una reivindicación de la pujanza en la vida, duele. Pero duele mucho más cuando con palabras, negaciones o invasiones se ejerce violencia obstétrica contra las mujeres.
En la Argentina la ley contempla las episiotomías de oficio, los apuros de los médicos, los retos de las parteras o acostar a las mujeres sin dejarlas fluir y parir en cuclillas como infracciones a los derechos. ¿Pero se cumple?
“Tenemos tres leyes que promueven el respeto y cuidado en los nacimientos: la de Derechos en el Nacimiento (25.929), la de Derechos del Paciente (26.529) y la de Prevención y Erradicación de Violencia Hacia la Mujer (26.485) y ninguna de ellas, en lo que refiere a la asistencia de partos y nacimientos, se aplica concretamente. No hay una decisión en la política ministerial de hacer efectiva la capacitación a los equipos de salud, la difusión a la ciudadanía y su cumplimiento real”, señala Sonia Cavia, presidenta de Awaike Salud y Medio Ambiente y coordinadora regional de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento (Relacahupan).

Ella también remarca que para que la ley se cumpla también debe haber sanciones a los que violen la legislación –y le griten o corten o apuren a una parturienta– sin contemplar los derechos actuales. “Es importante que la violencia obstétrica se considere en una norma, en primera instancia, para reconocer su existencia y desnaturalizar modos de atención y procedimientos en un trabajo de parto y nacimiento. Insultar, pegar, amenazar, ignorar, burlar son parte cotidiana de estos procedimientos incorporados al trato habitual. Por eso, es urgente que la ubiquemos como una violación de derechos humanos cotidiana, reiterada y sistemática perpetrada por las instituciones tanto públicas como privadas”, dice.

Para que la ley se ponga en marcha, ellas también decidieron marchar el día de la no violencia hacia las mujeres. Hoy se reúnen, a las 16, en Plaza de Mayo, por el derecho a elegir cómo, dónde y con quién parir y de ahí van a trasladarse hasta el Congreso nacional. En el acto se va a entregar un sobre de color por cada hijo/a (con fotos de los chicos y chicas nacidos en sus casas o de familias que apoyan la libertad de elección en relación con dónde parir y la asistencia de parteras como profesionales idóneas y autónomas) para que se respete el derecho a que en uno de los momentos de mayor vulnerabilidad y poder de una mujer pueda estar la mamá, la pareja, una amiga o el novio o marido alentando a cada una a sobrellevar el miedo y alimentar la fuerza en cada pujido.

Otro de los objetivos del acto es llegar con este pedido a la presidenta Cristina Fernández y fomentar que en el tratamiento de un proyecto de ley que regularía el ejercicio profesional de las licenciadas en obstetricia (parteras) se estipule que puedan brindar asistencia en hospitales, casas de partos y en el domicilio de la embarazada en concordancia con el respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Por su parte, la periodista Mariela Franzosi y autora del blog maternarconamor.blogspot.com enmarca: “La violencia obstétrica es un tipo de violencia bastante silenciada y naturalizada, que muchísimas mujeres sufrimos tanto a nivel físico como psicológico, por parte de los profesionales de la salud que deberían encargarse de protegernos a nosotras y a nuestros bebés en el momento del trabajo de parto, parto y nacimiento. Sin embargo, realizan sobre nuestro cuerpo prácticas dolorosas e innecesarias (tactos, colocación de vías para suero, el uso de oxitocina sintética que provoca contracciones artificiales e incluso la episiotomía o corte de la vagina para evitar supuestos desgarros). Las y los médicos nos manipulan sin siquiera decirnos lo que nos están haciendo, nos atan a la camilla de parto, no nos permiten movernos con libertad, nos infantilizan en el trato (‘mami’, ‘mamita’, ‘gorda’) y todas estas prácticas son diferentes tipos de violencia que las mujeres padecemos muchas veces sin siquiera llegar a registrarlo” dice.

Pero no es una violencia que encuentra a las mujeres de pie, sino asustadas, esperanzadas, dolidas, vulnerables y es ahí cuando son jaqueadas por el supuesto saber médico. “Estas situaciones suceden en el marco de una desigualdad simbólica enorme, ya que las mujeres casi siempre llegamos a parir desinformadas, temerosas, sin poder ejercer el control sobre nuestros cuerpos y teniendo que dejar en manos de ese otro ‘superior’, que posee el conocimiento y el dominio de la situación. Ese otro es el ‘profesional que sabe’ y que tiene en sus manos una de las cosas más preciadas para nosotras como es la vida de nuestras hijas e hijos. Esto hace que se vuelva más difícil aún discernir que estamos siendo violentadas y, en el caso de reconocerlo, que luego no podamos denunciarla”, subraya Franzosi. Pero recomienda desnudar la violencia y desenmascararla: “El Ministerio de Salud de la Nación, a través de su Línea de Salud Sexual, funciona como un órgano de denuncia de situaciones de violencia obstétrica. Es tu derecho. Y es posible hacerlo cumplir”.

Más información: Línea de Salud Sexual 0-800-222-3444. www.dandoaluz.net
Suplemento
las12
Viernes, 25 de noviembre de 2011

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Semana de consumo navideño

Esta semana comenzó la gira loca de compras para la navidad. Todos los negocios están ansiosos por recibir a los clientes que son capaces de comprar el regalo incluso la misma nochebuena.
Consumir por consumir es lo normal, ¿no? O al menos eso es lo que nos dicen los medios masivos de comunicación. Siempre hay un producto nuevo que nos haría más felices, nos simplificaría la vida.... nos crea necesidades que no teníamos o no conocíamos.

Pero no todos seguimos esa tendencia. También podemos regalar otras cosas que no tienen que ver con cosas materiales. Las fiestas son un buen momento para plantearnos cuánto compartimos de nuestras vida con la gente de nuestra familia o nuestros amigos. Podríamos aprovechar estas ocasiones festivas para compartir un buen rato, una linda charla, disfrutar de la compañía. O podemos optar por regalar siendo consumidores conscientes, o sea, pensar a quién le vamos a comprar los regalos ¿una multinacional, un artesano, un pequeño productor/emprendedor?

Yo me propuse que los regalos de estas fiestas provengan todos de emprendedores: mi amiga que vende por catálogo, el artesano que hace aros o muñecos, el músico que vende su CD, los conocidos que venden por internet. Al hacer esto, mi plata va a las personas, a quienes trabajan, sin intermediarios. Entonces, también ayudo a que ellas pasen unas mejores fiestas.

Algunos datos que quizás les sirvan:

Amigas que venden por catálogo: NATURA Romina o Yanina

Tiendas donde venden productos orgánicos y directamente del productor: mercado punto verde, el galpón, red tacurú

chocolates artesanales naturales Sabrosuras

Accesorios realizados con papel gráfico reutilizado Kuó_126 

Accesorios Selket

Gente que vende por internet:


Artesana que hace agendas Celina Villar

Artesanas que hacen bellas cosas: Sol Brenner, Viviana Pirone 

Bolsas de leche vegetal: Brota

Pan dulce casero! Maria

Ojos con Botones, hermosos muñecos que arma Sol

si me acuerdo de mas los voy agregando


martes, 6 de diciembre de 2011

Manta didáctica

Desde que tenía panza que estaba con una idea que me daba vueltas por la cabeza y hará cosa de un mes que logré materializarla. Me di el gustazo de coserle una manta didáctica a piaccere a mi cachorro.

Siempre me llamaron la atención los abultados precios de los gimnasios para bebés. Básicamente me resultan costosos para el escaso tiempo de uso que los cachorros le darán. Los estímulos normalmente los ubican colgando de un arco y la base suele ser alguna tela colorida y ya. En otros casos las opciones son que la tela tenga algunos detalles, como plástico espejado, algunas tapitas y tiritas. A mi se me ocurrió que con un poco de habilidad podía abaratar y mejorar la propuesta.

Pedí prestada un máquina de coser, fui a la casa de telas del barrio y compre muchos pedazos del tamaño mínimo que me vendían. Elegí telas de muchos colores y diferentes texturas, entonces busqué algo como peluche, algo brillante, algo con rayas, flores, liso, algo suave, algo áspero... El desafío fue cortar y coser las telas con alguna forma. Primero en papel pensé las posibilidades. Cuadrados de diferentes tamaños, pedazos al azar, al fin me decidí por triángulos y rectángulos. Le agregué cintas y cascabeles, algún celofán ruidoso en la parte interna donde está la gomaespuma acolchada, una bolsita de arroz también escondida en el medio, cerramos el cierre y listo!... Un poco de esfuerzo pero me quedo super!


Mi cachorro estrenó una manta didáctica de texturas que le permite moverse por su entorno, jugar con sus juguetes, sentir con todo el cuerpo, dormir y hasta caerse sobre ella evitando los chichones!! Como la hice de más de un metro de lado, le va a servir por un largo tiempo.
Yo quedé feliz y satisfecha, además de que me ahorré algún dinero y no caí en el consumismo.
 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Marcas de naturaleza

Siempre suelo leer libros y ultimamente estoy leyendo dos a la vez. Los tengo desparramados en la casa, cuando encuentro un rato y están cerca los agarro. Uno de esos libros lo estoy releyendo es "Mujeres que corren con los lobos" de Clarissa Pinkola Estés.

En estos días estuve leyéndolo y anduve recordando cosas. Quizás esos momentos vividos rememorados me pusieron un poco triste al relacionarlos con la lectura. Son cosas pasadas, que me dejaron enseñanzas. Aprendizajes que quizás de otro modo no hubiera adquirido. Muestras de cómo soy en mi naturaleza mas instintiva. Cosas así encuentro en este libro de Pinkola Estés. Pequeños y profundos comentarios de como somos  las mujeres en nuestra naturaleza profunda y naturalmente.

Les dejo algunos pasajes de lo ultimo que leí, después ustedes si les parece me cuentan que opinan.

"La marca distintiva de la naturaleza salvaje es su afán de seguir adelante. Su perseverancia. No se trata de algo que hacemos, sino de algo que somos de una manera natural e innata. Cuando no podemos prosperar, seguimos adelante hasta que podamos volver a prosperar.

(...) En caso necesario, las mujeres pintarán el azul del cielo en los muros de las cárceles. Si se queman las madejas, hilarán otras. Si se queman las cosechas, sembrarán inmediatamente más semillas. Las mujeres dibujarán puertas donde no las hay, las abrirán y las cruzarán para entrar en nuevas maneras y nuevas vidas. Las mujeres perseverarán y prevalecerán porque la naturaleza persevera y prevalece.

(...) Lo más importante es resistir y perseverar, pues la vida salvaje promete lo siguiente: después del invierno, viene la primavera."

Simple, fuerte, real. Con mi cachorro y mi compañero supe que estaba ya en la primavera.






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