miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ganas de desvanecerme y dormir...

Días pasados andaba yo con ganas de eso, desvanecerme. Ganas de nada tenía, apenas acostarme y entregarme. Dormir. No llegué a tanto, pero un poco me entregué a la sensación. No tenía el mejor de los ánimos. No me estaba pasando nada en particular, salvo que estaba menstruando y se ve que mis hormonas me mandaron un poco para mis adentros.

Algunas tantas otras veces me pasó algo parecido. Entiendo que es parte de mi ciclo, y que además es parte de otro ciclo, ya que no me sucede cada 28 días. Decir que disfruto de estos momentos no es lo más acertado, pero tampoco los combato. No me sale, esos días son así y ya.

Hoy encontré una nota que me recordó mis otros momentos de querer desvanecerme. Esas etapas de mi vida en donde por las cuestiones del camino recorrido todo estaba embrollado y mal y se ponía peor con cada intento de arreglar algo. No fueron muchas veces, pero sí algunas, en las que mes sentía interiormente mal, dolorida, triste. En estos momentos, dormir, siempre era lo mejor que podía hacer para pasar el día. Y creía que era así, que dormir servía para alejarme de las situaciones e ir elaborando lo que hubiese que elaborar para que todo terminara de pasar. Bueno, la nota que hoy encontré se refería a la publicación de un estudio de la universidad de Berkeley. Según estos investigadores, al entrar en la etapa REM (del inglés movimiento rápido de los ojos) del sueño, las experiencias vividas se van atenuando lentamente.

Los investigadores cuentan que durante la fase REM la química que genera el estrés de las experiencias emocionales del día -sobre todo las malas- se va apagando mientras que el cerebro las procesa, por lo que los problemas se atenúan y su fuerza emocional se suaviza. Lo que vieron es que al dormir, una parte de nuestro cerebro que controla las emociones disminuye su funcionalidad y también disminuye una sustancia relacionada al estrés cerebral (norepinefrina). O sea que dormir al estar tristes o estresados nos ayuda.

Entonces, me sentí un poco mejor al saber que mis ganas de dormir tienen un sentido biológico y una función. Quizás un poco menos de culpa... Tal vez no tenga mucho que ver con mis hormonas y mi menstruación, pero sí con algunas tristezas. Así, no sólo descansa nuestro cuerpo, también se suavizan nuestras sensaciones y descansamos para levantarnos un poco mejor. Dormir ayuda....




El artículo es de van der Helm y colaboradores "REM Sleep Depotentiates Amygdala Activity to Previous Emotional Experiences" Current Biology, 23 November 2011 10.1016/j.cub.2011.10.052. La nota de divulgación está disponible en El Mundo

2 comentarios:

  1. Nadia Boscarol dijo por FB
    Y mas allá de le explicación fisiológica, es sabio saber escuchar y atender las necesidades que nos pide el cuerpo, cuando pide dormir hay que dormirlo para que haga su trabajo en ese plano...

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  2. Gaby Musaubach dijo en Facebook
    No sintamos culpas por escuchar a nuestro cuerpo. Él es sabio y sabe que hay que descansar. Hasta a las máquinas se les acaba las baterias si no se cargan.

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