sábado, 21 de abril de 2012

Devolución tardía

Corría 1971, Lanuse había sido designado como presidente por las fuerzas armadas. Era todo un caudillo militar, un "presidente de facto". Mis papás habían comenzado a cursar su quinto y último año del secundario. El 69 había pasado, dejando sus aires del cordobazo hacía un tiempo. Eran momentos difíciles para ser adolescente. Bajo las dictaduras todo es difícil. En otros lugares del planeta flotaban fuertes vientos de cambio. Los 60`s habían dejado muchas ideas en los jóvenes, buscar más igualdad, mas libertad, fraternidad.

Como dije, mis papás cursaban su último año en la escuela secundaria y el régimen militar se imponía también en las aulas. Mi viejo iba al Comercial nº3 "Hipólito Vieytes" y usaba el uniforme que la escuela pública exigía y rendía sus materias a la vez que practicaba deportes y tenían miedo. En esa época, la pileta de natación cubierta del Vieytes estaba en todo su esplendor. Sin embargo, la opresión del gobierno y de los adultos, en los jóvenes egresantes que no dejaban pasar ni un centímetro de más de pelo, era agobiante.

En el fin de año, tal vez como una parte de la euforia del egreso, hubo una revuelta en la esquina de la escuela con los egresados. Todo el colegio alentaba de las ventanas. Los celadores intentaban atrapar a los problemáticos para entrarlos al colegio y poder echarlos debido a los disturbios que habían ocasionado. Llegó la policía, todos corrieron y se dispersaron, nadie fue capturado. Pero no fue gratis. A esta generación de egresados nunca se les entregó el título con un acto formal. Tal vez fue la forma con la cual el rector demostraba su autoridad. Lo cierto es a que todos estos egresados (5 divisiones) y a sus familiares les robaron el acto de entrega de diplomas, ese momento emotivo que es una bisagra, el cierre de una etapa. Solamente los padres pudieron acercarse al colegio para que les entregaran un certificado de estudios completo. Así fue como mi viejo se recibió de perito mercantil en 1971.

Lanuse prosiguió con su dictadura hasta el 73, luego fue electo Campora que terminó renunciando, paso Lastiri, volvió Peron, lo sucedió su viuda y llegaron mas dictadores y una tristisima historia. En todos esos años esos adolescentes fueron convirtiéndoos en jovencitos que trabajaban, que estudiaban, tenían sueños, se dejaban el pelo largo, usaban pantalones "pata de elefante", escuchaban Almendra, Sui Generis, Vox Dei, Los Gatos, Los Beatles...  soñaban con un mundo mejor y creían que era posible. Habían pasado por momentos de dureza y dictadura que esperaban haber dejado atrás. Pero los sucesivos presidentes terminaron en un nuevo dictador y ahí algunos de estos jóvenes comenzaron a callarse mas, a vivir con más miedo y opresión. Los que no lo hicieron, desaparecieron. Y también algunos de sus amigos, o quienes estuvieron en algun lugar equivocado en un momento inoportuno.

Bueno, esto pasó hace ya muchos años. Mis nonos no vieron como su hijo recibía el diploma del secundario. Sin embargo hoy, esta noche que acaba de pasar, en un gesto simbólico del colegio Vieytes a sus egresados 1971, les devolvieron algo. Hoy, junto a mi cachorro acompañamos a mi papá a recibir su título de perito mercantil junto a muchos de sus compañeros. Para los desaparecidos de esta generación desde esta mañana el colegio tiene una placa con los nombres de estos jóvenes egresados. Fue un acto emotivo, raro, extraordinario, necesario.

Lo genial, lo mágico fue que esta devolución necesaria, tardía y merecida le dio la oportunidad a muchos nietos e hijos, entre los cuales me incluyo, de entregarles a nuestros padres algo de su juventud. Me emocionó mucho poder darle ese simple papel tan postergado.

Y ahora me quedo pensando en todas las cosas que esta sociedad se cree con el derecho de robarnos, como una simple manera de demostrarnos su poder autoritario. Ojalá que aprendamos, no se como masificarlo, pero ojalá que aprendamos y nunca mas nadie nos venga a robar nada, ninguno de los momentos que nos pertenecen.

viernes, 20 de abril de 2012

Lugares en dónde comprar productos orgánicos y otras cositas

  • El rincón orgánico Bulnes 910, esquina Guardia Vieja, Almagro
  • Galpón de Chacarita, Federico Lacroze 4171, al lado de Estación de Trenes Urquiza. Funciona los miércoles de 9/14 hs y sábados de 9/18 hs
  • Mercado Municipal de la calle Bonpland al 1650, de 14 a 20 horas los viernes y los sabados de 9 a 20 hora
  • Natural-Deli
  • Hausbrot
  • Almacen Verde
ConVida Verde guia sustentable si buscan acá, en Otro Mundo Verde, Tu Verde o en una busqueda por google van a encontrar muchos otros lugares posibles!

Tambien están las redes de consumo comunitario Caracoles y Hormigas y Red Tacurú

viernes, 13 de abril de 2012

Enseñando a jugar

Desde que el cachorro nació que de a poco le fueron regalando diferentes juguetes. Comenzaron por los muñecos, luego los sonajeros y así va surgiendo la variedad a medida que él crece.

Al principio yo y todos, se los ofrecíamos, se los mostrábamos, jugábamos por él. Luego comenzó la interacción cuando empezó a reirse, a fijar la vista en los objetos que se movían, cuando comenzó a manipular las cosas. Y aquí los juguetes fueron ganando su lugar. El cachorro los usaba. Inicialmente se los dábamos, o se los dejábamos cerca. Como se trataba de juguetes sencillos no había mayor problema, el cachorro lo tomaba con sus manos y ya salía el sonido (en el caso de los sonajeros, cascabeles y similares). Pero otros juguetes quedaban ahí, como que no se sabía para que servian. Muy probablemente estuvieran regalados a destiempo, pero en algunos casos este no era justamente el problema. El tema era que eran objetos con alguna complicación más, algo nuevo, y si nadie se tomaba el tiempo de sentarse con el cachorro y mostrarle su función, él los ignoraba.

A medida que crece, el desarrollo motriz, físico y sicológico va en aumento y los juguetes comienzan a ser cada vez un poquito mas complejos. Entonces, solamente ofrecerle el juguete nuevo no le genera mayor emoción que jugar con el envoltorio. Ahí fue cuando ví que podía enseñarle a jugar, dedicarle un tiempo para que él explore conmigo toda la potencialidad escondida en ese objeto colorido. Al principio jugaba yo sola, es cierto, pero de a poco se fue sumando hasta que jugó él solo. Ahora, ya no necesitamos demostrarle cómo funcionan o se usan las cosas, él explora... o sea, mira, toma, golpea, toca, aprieta, prueba, mete, saca, tapa, pone, apila y tantas otras cosas. Son pequeños ratos en los que se entretiene solo. A veces busca una mirada que lo acompañe, otras se basta con la pesencio y otras tantas puede estar solo sin problemas. ¿Aprendió a jugar? Ojalá que esté en ese camino.


miércoles, 11 de abril de 2012

Primera vuelta al sol

Hoy, hace un año o una vuelta completa al sol, que es lo mismo llegaba mi cachorro a este lado de mi panza.

Hoy nos conocíamos las caras, nos papábamos, nos aliamos, estrenábamos todos estos sentidos que antes no habíamos podido usar.

Fue un poco diferido el encontrarnos, por la cesárea necesaria pero con poco respeto, la anestesia que me volteó, tu nacimiento programado sin consulta a tus pulmones y el precipitado corte del cordón nos conocimos unas tres horas después. Ambos ya estábamos repuestos, un poco al menos, del encontronazo del quirófano. Tu papá hizo de mediador entre ambos, cuidándote en tu salita y a mi en la habitación.

No puedo decir cómo estaba, porque no lo sé. Asumo que estaba aterrada pero sin prisa o ansiedad. Creía no saber pero a la vez sabía que sabía y supe.

Hoy, hace un año que dejaste de crecer en mí, para crecer conmigo.

Hoy, llevamos recorridos 365 vueltas sobre la tierra y una vuelta al sol a pura teta a demanda, tu rico ñuñu que tanto te ayuda a crecer.

También hoy, y con una sonrisa, podemos decir que los pañales de tela que usas desde el mes son geniales y que no se cumplió ninguno de los pronósticos de mal agüero. Y que podrás dejar muchas huellas en el planeta, pero ninguna será de pañales.
Muchas cosas pasaron en cada uno de estos días que compartimos juntos. Siempre estuvimos juntos, en los viajes en micro, en auto, en bici, en barco, en avión o caminando.

HOY te veo grande, casi caminando, balbuceando cosas en tu lengua, aprendiendo todos los días, sonriendo, riendo, descubriendo cosas por tu cuenta... independiente y afectuoso y me haces feliz.

Dejamos atrás un montón de cosas tan lindas que las extraño. Es increíble que ya hayamos dado toda la vuelta! es maravilloso verte, cachorro grande! Gracias por hacerme tu mamá, por dejarme aprender.

Ojalá que sigamos así durante muchas, muchisimas vueltas mas al sol. Feliz primer año de vida, amor chiquito!

sábado, 31 de marzo de 2012

Un año atrás por el planeta

El año pasado cayó en otro número de día, pero también hubo una "Hora del Planeta" en la cual participamos. Sin embargo, del año que pasó a este hay una gran diferencia. Aquella vez estábamos en casa reunidos con mis papás y la mamá de mi compañero para disfrutar de un rico asado (con verduras para mi). La idea era que se conozcan antes de que naciera el cachorro. Y si, ya se acerca el primer año del nacimiento del cachorro, la llegada a este lado de mi panza.
Así que en aquella cena yo andaba con mi super panza y así sin mucho comentario a la hora indicada cortamos la luz, y yo comencé a prender velas por todos lados. Mi papá medio horrorizado imploraba por la electricidad, excusándose en que si no veía el asado le salia mal. Mi mamá lo tomaba como una de mis extrañezas, y la mamá de mi compañero estaba entre sorprendida porque no sabía nada de este evento mundial y asombrada porque la mantuvimos a la luz de las velas toda la picada. Fue una hora un poco mas silenciosa, mas íntima, reservada... cosas de la magia de las velas.

Yo me sentí bien, porque de alguna manera ese momento sin luz, que para mí significaba sencillamente difundir que es necesario un cambio de conciencia era transmitido a otras personas. O sea que realmente estaba llegando a alguien, porque la verdad es que nadie se entera si yo desconecto la luz de mi casa en medio de la ciudad.


Bueno, este año ya no tengo la panzota pero estoy con mi cachorro.

Ahora sin otros mayores vamos a apagar la luz por una hora, de 20.30 a 21.30hs, y jugar a la luz de las velas con él, juntos en familia. La idea es darle un respiro a nuestro planeta, buscar la manera de que como sociedad realicemos un cambio porque así como venimos cada vez complicamos más nuestra supervivencia. Es un acto tan sencillo, que puede lograr tanto. Tan fácil como cerrar la canilla si no uso el agua o salir de compras con nuestra propia bolsa. Pequeños cambios, acciones locales, cosas que se pueden hacer y que si las sumamos, hacen muchisimo. Tanto como que muchos granos de arena forman una playa.

         

domingo, 25 de marzo de 2012

vegan Glatina

En mis tiempos de estudiante, al cursar las materias de biologia celular usábamos un polvito proveniente de un alga con el cual armabamos una gelatina y sobre ella crecian las bacterias. Quedaba como gelatina. Esa alga se llama agar-agar (que en malayo significa "jalea") y se consigue en los mercados del barrio chino y quizas en las dieteticas.

Siempre me gustó la gelatina, sin embargo no me resultó simpático conocer el origen de este postre. La gelatina animal se obtiene a partir del colágeno (una proteína) procedente del hervido de los despojos de los animales (huesos, cuero, piel, pezuñas, etc). Al ser una proteína, la gelatina animal es un buen alimento ya que nos aporta aminoácidos. Sin embargo, no estoy segura que las gelatinas que venden para preparar en cajita tengan gelatina animal. Cuando leí la formulación química del postre que se compra para preparar y vi que era puro químico y mas bien del sintético.

¿queda alguna opción saludable para comer gelatina?

Si!

Siguiendo el rastro del agar-agar y teniendo conocidos que son veganos (vegetarianos extremos que no consumen nada que provenga de un animal) dí con una sencillísima y riquisima forma de continuar dándome panzadas de gelatina y ahora también compartiéndolas con mi cachorro.

El agar-agar, a diferencia de la gelatina animal, nos aporta polímeros de galactosa (un monosacárido) y oligoelementos minerales como calcio e hierro.

Es tan fácil como poner una cucharada de agar-agar (10g aprox, yo uso el que viene en polvo) en tres cuartos litros de agua y lo pongo a calentar. Por otro lado, licúo la fruta que quiera (o la exprimo, al fin de tener un zumo de fruta) y a esto le agrego un cuarto litro mas de agua. Si la querés más dulce le agregás azucar. También le podes poner trozos de frutas. Luego mezclo los dos preparados y dejo reposar. En menos de dos horas tenes una riquisima gelatina vegetal.

La primera que hicimos fue de durazno y duró apenas un día!


martes, 20 de marzo de 2012

Éxtasis lácteo

Cuando mi cachorro tenía pocas semanas y ya habíamos aprendido un poco el arte de dar y alimentar como los mamíferos que somos, yo me fascinaba cuando luego de una larga toma se quedaba quietecito entre adormecido y extra satisfecho, con los ojitos entrecerrados. Oliendo el dulce aroma de la leche que me brotaba, respirando suave, calentito muy cerca de mí. A esta situación la llamé "éxtasis lácteo".

Era tan grato verlo en estas situaciones que interrumpirlas para sacar una foto era algo cercano al sacrilegio. ¿Cómo arruinar tan dulce y bello momento de tranquilidad mutua? Esas imágenes las tengo guardadas en mi memoria, son sólo para mi.

La lactancia materna disfrutada por los dos, mamá y bebé, es algo sumamente placentero. Tanto o más de lo que alguna vez me pude imaginar. Aún hoy, cuando en sus 11 meses logra su éxtasis lácteo, me desborda una felicidad suave, tranquila, bella. Es inexplicable la sensación al ver sus ojos entrecerrados, sentir su espiración cómoda, olerlo dulce, verlo con una sonrisa escondida en los labios, sentir sus suaves caricias sobre mi piel, cual mimos de agradecimiento... verlo plenamente satisfecho de cuerpo y espíritu por ese momento de conexión e intimidad que compartimos me deja plena. Es un momento que no se puede compartir, que debe ser vivido, que vale la pena. Es un buen momento puro donde no hay nada que sea importante.

En el éxtasis lácteo caigo del precipicio del tiempo-reloj y me muevo en mundos viscosos, en donde el tiempo se palpa y fluye a velocidades que no me explico. El mundo que me rodea se achica a lo que puedo llegar a tocar, y es un lugar cálido y con entre luces. Nutrir, esa magia que me brota sin control mental alguno, y saber que es bueno y que ayuda es una de esas sorpresas que me dio mi cachorro al volverme mujer maternante.
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